lunes, 6 de septiembre de 2010

LAVIDA

      La vida. Esto es lo importante realmente, cada día de la vida, o mejor dicho: cada día de la muerte, por que cada día nos aproximamos a ella y ella a nosotros. Es muy paciente y constante. Nunca se cansa de esperarte, y nada más verte te reconoce, te llama por tu nombre, sin dudar ni un momento, y añade: “venga, es tu turno”. A partir de ahí todo carece de sentido, se te afloja todo, te tiemblan hasta las pestañas, se te nubla la vista, deja de importar la hipoteca, el mercedes, el trabajo, todo; no sientes ni el estómago de la vuelta que dio, y todo por cuatro palabras: “venga, es tu turno”.


      Frente a este segundo, poco importa todos los objetos que con tanto ahínco y tesón habías acumulado en tu ardua vida de trabajo. Una mierda ( CON PERDÓN ), eso es lo que importa.

      Incluso el hecho de haber nacido carece de sentido. Por un lado en el mismo instante en que naces empiezas a morir, por otro, ¿nacer para morir?, un sin-sentido.     Lo único que le proporciona sentido es este día en el que me decido a garabatear esta hoja de papel ...... muerta.

      También, quizás, los ojos son vida. Si, los ojos, otra forma de vida. Viven todo lo que ven que viven los demás. No disfrutan su propia vida, sino la de los otros. La mayor parte de las ocasiones eligen la vida que quieren vivir de los demás, rechazando la que no desean con un simple gesto leve, ocultándose en un lecho húmedo y rodeado por suaves sábanas, finas, semitransparentes, terminadas en hilos de seda negra alineados y curvados hacia el cielo de forma natural, pero también en algunas ocasiones exagerada de forma artificial.

      Tristemente, a veces el gesto en más brusco, y se mueven formando parte de un todo que corona la parte superior del cuerpo, de forma redondeada y cubierta, con suerte, por una mata de pelo, casi siempre del mismo color. En este caso, en el que también pueden ocultarse de forma casi involuntaria pero decidida, se giran en su lecho, refugiándose en la semi-oscuridad, y rechazando la vida del otro acompañados por una expresión de su vecina la boca, que suele ser muy variada, en función del tipo de visión que rechazan y de la duración, que juzgan excesiva, de tal visión.

      Pero no creo vida la vida que se ve y que es vivida por otro, como no es mi vida la vida vivida por el protagonista de la película que disfruto en un cine. Quizás para mi la quisiera, pero no es mi vida. No, la mía es real, mas larga, quizás mas dura. Yo disfruto con el personaje pero no sufro con el personaje. Me preocupo con el protagonista, pero no me duelen sus golpes, no, como tampoco disfruto sus placeres.

      ¿ Y que es la vida ?..No lo sé. ...tengo cuarenta y tantos años y no se lo que es la vida. Espero que no caiga esta pregunta en el purgatorio y me envíen otra vez a repetir......probablemente no aprobaría nunca.

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